miércoles, 16 de diciembre de 2009

Rol del Tutor IDEAD siglo XXI

Se ha demostrado a lo largo de la historia Humana, que todo proceso formativo se manifiesta como una interacción compleja entre personas. Sólo de ahí es posible el aprendizaje. Pero este aprendizaje se enmarca en un contexto humano más profundo que la mera repetición de información, es la adaptación de un ser natural a una realidad social mediada por la cultura, es la adopción de una cosmogonía, una manera de ver al mundo, a las demás personas y a sí mismo, que tiñe toda intención, acción y pensamiento que se pueda tener. Hemos visto cómo es que el capital cultural que una persona hereda define su rol en la sociedad, lo libera o lo esclaviza, lo integra o lo excluye. Se afirma que la Institución educativa y el docente formador son decisivos en esto. Asimismo hemos visto que el docente también debe ser formado en el compromiso para dar respuesta a las inquietudes de sus alumnos y lograr en ellos la emancipación o autonomia a través de la conciencia y la crítica.

Comúnmente nos hacemos preguntas acerca de la labor del docente y su real conciencia de ella. Creo que podemos asumir a cabalidad que la labor del docente formador enseñante, va mucho más allá de su labor como instructor y tiene que ver no sólo con su rol en el entramado social, sino con su compromiso con las personas de sus alumnos, en una interacción cercana y cordial. Es ahí donde se juega toda la relación pedagógica, no sólo la de las personas que están en los roles de profesor y de alumno, sino de la institución educativa completa, añadida a ella además, las instituciones políticas, económicas y sociales interesadas en su quehacer. Es necesario personalizar la relación pedagógica para hacer de ella una comunicación humana.

Pero esto, para que no sea tan sólo retórica, debe asumirse como política. Debe ser asumida por las instituciones que financian, preparan y perfeccionan a los docentes, quienes de igual modo que todos deben aprender a mirar el problema desde esta perspectiva y deben hacerse con las herramientas necesarias para dar respuesta a las interrogantes que vayan surgiendo en el camino. Es necesaria la reflexión permanente y sistemática para poder visualizar los problemas y sus caminos de solución, pero por sobre todo es necesario aquel espíritu que nos permita rescatar de la segregación a otros seres humanos y que les permita a ellos realizarse humanamente, según su propia dignidad, y en consecuencia intervenir activa y poderosamente en los procesos históricos y sociales que enfrente. En un mundo cada vez más vacío de espíritu, frente a una realidad cada vez más hostil con la solidaridad y el compromiso con los demás, frente a un sistema educativo extraviado en el individualismo y la instrumentalización, nuestro llamado como rol de docente es a rescatar al ser humano que está detrás de cada alumno y devolverle el control soberano sobre su existencia, en especial a nivel intelectual y por sobre todo espiritual.

ELABORADO POR : CLARA INES AGUIAR MARTINEZ

LICENCIADA EN EDUCACION INFANTIL Y PRE-ESCOLAR

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